domingo, 2 de noviembre de 2008

Raquel Macías, el retrato imaginario

Si Raquel no tuviera amigos, los soñaría. Con ojos lánguidos para verla, con bocas grandes para contarle sus sueños y hablarle de sus pensamientos. Con fuertes manos para abrazarla.
Si no tuviera un pueblo, lo crearía.

Si no tuviera...


Raquel tiene muchos amigos, muchos pueblos, muchos...

Y tiene una paleta amplia, de colores que viven por sí solos. Líneas que no tienen ley. Volúmenes que se buscan a sí mismos.

Y también una intensidad creativa que tiene antecedentes e inspiración en la historia de la pintura. Ella reconoce que ha aprendido de muchos (Egon Schille, Frida Khalo, Tamara de Lempicka...). Los espectadores ven otras influencias. Pero su personalidad se ha hecho a sí misma y su obra tiene su propio hueco.


Diseño del catel: Lucio Gat.

1 comentario:

Anónimo dijo...

tus ojos fueron segados por una mentira... has creido de ella lo que te vendio, pero no ves su alma... no tiene... la mato.